LOS GERMINADOS

Los germinados el alimento vivo más antiguo. Comer semillas germinados es comer vida, es incorporar auténtica energía vital concentrada a todas las células de nuestro cuerpo, favorece la salud y alarga la vida.
Los germinados es un regalo de la naturaleza que podemos cultivar nosotros mismos


Los germinados son alimentos vivos y esto aumenta su valor nutricional que se mantiene intacto hasta el momento en que se come.
Su riqueza en enzimas, clorofila, aminoácidos, minerales, vitaminas y oligoelementos vivos los convierte en alimentos completos que contribuyen a corregir las carencias de la alimentación moderna
Al germinar muchas semillas -de cereales o leguminosas- se convierten en un alimento fácilmente asimilable porque liberan todos los nutrientes encapsulados y mejoran el valor nutricional de la propia semilla, de la planta o del fruto a la que hubiera dado lugar.
Los brotes son un alimento predigerido, por lo tanto ayudan a su propia digestión, adecuado para estómagos delicados y permiten al organismo que descanse y se regenere
Se pueden cultivar y conservar fácilmente en casa, por lo tanto son muy económicos, además de tener la seguridad de consumir un producto que no ha sido adulterado ni rociado con insecticidas o fertilizantes químicos, se puede disponer en cualquier época del año con la garantía de que sus nutrientes son de alta calidad biológica pues de lo contrario la semilla no germinaría.
El brote entero puede comerse, incluyendo las raíces y hojas. Son sencillos de preparar, mejor consumirlos crudos, porque la cocción destruye gran parte de su contenido nutricional. Se comen crudos en ensalada, salteados, en tortillas o formando parte de diversos platos cocinados, en estos se recomienda añadirlos al final para que no pierdan sus propiedades.





Información Nutricional de los Germinados más consumidos

Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado, aunque, los más apreciados por su ternura y buen sabor son los brotes de: legumbres (porotos mung, soja, alfalfa), cereales (trigo, cebada) y también de berro, rábano, calabaza, girasol, lino, sésamo, etc. El sabor es variable, por ejemplo el de alfalfa es muy agradable, el de mostaza es el mas picante y el de trigo tiene sabor dulce por los carbohidratos que contiene

• Alfalfa: completo y más consumido por su agradable sabor. Contiene vitaminas A, B, C, E y K , calcio, magnesio, potasio, hierro, selenio y zinc y los aminoácidos más importantes. Es remineralizante, combate la fatiga y la debilidad
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• Arroz integral: es rico en vitamina B, fósforo, potasio, magnesio, sodio, calcio y silicio. Ayuda a la adecuada conservación de huesos y dientes.

• Arvejas: proporcionan clorofila, proteínas, carbohidratos, fibra, vitamina A, hierro, potasio y magnesio.

• Avena: la semilla germinada más recomendable para trastornos nerviosos, depresiones y alteraciones del sueño. Contiene vitaminas B y E, proteínas, carbohidratos, fibra , minerales y un alto contenido en silicio, necesario para el desarrollo de las estructuras musculares, cerebrales y nerviosas.

• Berro: muy adecuado para combatir los síntomas de la fatiga primaveral. Alcaliniza y depura la sangre, neutraliza el exceso de toxinas. Regula el metabolismo. Es rico en hierro, fósforo, manganeso, cobre, zinc, yodo, calcio y vitaminas A, B2, E y C.



• Fenogreco: limpiador sanguíneo y renal, se recomienda para levantar el ánimo decaído y para reforzar el organismo. Estimula las funciones digestivas y hepáticas. Otorga un agradable olor al sudor de quienes lo consumen. Contiene abundante fósforo y hierro.


• Garbanzos: son ricos 

en carbohidratos, fibra, calcio, proteínas, magnesio, potasio y vitaminas A y C. No producen gases durante la digestión

• Lentejas: retrasan el envejecimiento y son ricas en proteínas, vitamina C y hierro.


• Maíz: alto contenido en magnesio, necesario para conservar la tensión muscular especialmente en el tracto intestinal.


• Mostaza: adecuado para tratar trastornos digestivos como gastritis, enteritis, etc. Rica en vitamina C, proteínas y lípidos.


• Porotos Mung: son ricos en vitaminas A, C, y complejo B

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• Semillas de calabaza: contienen proteínas, vitamina E, fósforo, hierro y zinc.


• Semillas de girasol: ricas en proteínas, grasas insaturadas, vitaminas B y E, calcio, hierro, fósforo, potasio y magnesio.


• Rabanito: contiene abundante clorofila , útil para combatir digestiones pesadas y para calmar la tos.


• Sésamo: buena fuente de fibra, proteínas, vitaminas B y E, magnesio, potasio, hierro, fósforo y calcio.


• Soja verde: contiene proteínas que dan lugar al aminoácido metionina, de efecto relajante. Fortalece el sistema nervioso y contribuye a rebajar el exceso de colesterol. Son ricas en vitaminas A, C, hierro y potasio.


• Trigo: es rico en proteínas, magnesio, fósforo y vitaminas B y E. Previene infecciones, remineraliza, regenera las células y sirve para tratar trastornos nerviosos


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Cómo hacer germinados en casa?

Los germinados se pueden producir y conservar en nuestra propia casa de forma sencilla:
1. Poner en remojo las semillas en un frasco de cristal. Se cubrirá con una gasa sujeta por una goma elástica. Deben ser semillas de alta calidad biológica que no hayan sido tostadas o congeladas y el recipiente debe ser necesariamente de vidrio y de boca ancha. Se puede utilizar cualquier semilla, las más apreciadas son las de soja verde, alfalfa, trigo, cebada, avena, calabaza, girasol, sésamo, berro y rabanito. El tiempo de remojo oscilará entre 9 a 12 horas la alfalfa y el fenogreco o de 12 a 15 las lentejas, garbanzos, soja, etc.
2. Transcurrido el tiempo de remojo se quita el agua y se enjuagan las semillas.
3. Se deja el frasco en un lugar cálido y oscuro. Debe procurarse que esté inclinado para facilitar la salida del exceso de agua. Mantener las semillas húmedas porque mucha agua o poco aire podrían crear hongos y moho.
4. Dos o tres veces al día es necesario enjuagar los granos escurriéndolos posteriormente y colocando el bote de nuevo boca abajo. Esto deberá hacerse entre 2 y 5 días, momento en el que comienzan a verse los brotes.
5. Cuando los brotes tengan 2 o 3 cms. de largo se expondrán a la luz solar indirecta durante unas 2 horas para que las hojas se pongan de color verde, es decir, para que se forme la clorofila, favoreciendo el aumento de la vitamina C.
6. Terminado el proceso de germinación los brotes se pueden guardar en la heladera, bien escurridos y secos, donde se conservarán sin problema durante más o menos una semana, se recomienda hacer cantidades frecuentes de germinados, porque tienden a hacerse rancios al guardarlos por mucho tiempo.

Aquí veis algunos de mis platos con germinados, ensalada, crema de berros y sandwich de espelta con germinados y tomates cherry.



PAN DE LIMÓN

Hoy os invito a probar este delicioso pan de limón con glaseado que está de muerte cuando lo sacas del horno se deshace en la boca y ese sabor dulce y ácido del limón es una maravilla.





Ingredientes:

Para la masa
350 gr de harina
2 huevos L
75 gr de azúcar
1 sobre de levadura seca, de panadería
125 ml de leche
100 gr de mantequilla
1 cucharada de extracto de vainilla
Pellizco de sal

Para el relleno
100 gr de azúcar
100 gr de mantequilla
4 cucharadas de ralladura de limón




Para el glaseado
4 cucharaditas de zumo de limón
200 gr de azúcar glas

Mezclamos la harina, el azúcar, la levadura y la sal en un bol grandote o en el vaso del amasador
En un recipiente adecuado para microondas, calentamos la leche y la mantequilla. No hace falta que la mantequilla esté totalmente fundida.
Blandita,Por lo tanto, el conjunto, estará tibio.

Añadimos los líquidos (Mantequilla blandita con leche tibia) a la mezcla de harina, agregamos la vainilla y mezclamos hasta que se humedezca. 
Añadimos los huevos, de uno en uno, sin dejar de batir.
Cambiamos el mezclador, por el gancho de amasar (o sea... a amasar) y trabajamos la masa durante 5 minutos.

Preparamos un recipiente bien engrasado y colocamos allí la masa. Cubrimos y esperamos hasta que doble su tamaño.
Mientras la masa está en reposo, hacemos el relleno mezclando el azúcar, con la mantequilla y la ralladura de limón. 
Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos un molde para plum cake de 23 cm.

Sobre una superficie enharinada, extendemos la masa en un  rectángulo. Untamos  el relleno uniformemente sobre la masa, con una espátula de goma o una brocha. Cortamos la masa en seis tiras, cada una de aproximadamente 4 cm de ancho y las apilamos una encima de otra.
Cortamos las tiras apiladas en 6 rectángulos más pequeños y las apilamos en el molde, de lado, para que los cortes queden hacia arriba. 
Puede ser que sobre espacio alrededor de los bordes; no te preocupes,  el pan crecerá durante el reposo y al hornearlo, llenará el molde. 
Cubrimos el molde con film y dejamos reposar en un lugar cálido de 30 a 50 minutos, o hasta que casi haya doblado su volumen. Horneamos de 30 a 35 minutos hasta que el pan esté dorado. Podemos cubrir la parte superior con papel de aluminio si se dora demasiado rápido.  Sacamos el pan del horno y dejamos enfriar en el  molde, durante 15 minutos.


Mientras, hacemos el glaseado de limón, mezclando el azúcar en polvo y el zumo de limón hasta que quede suave.
Cubrimos con el glaseado y servimos caliente o a temperatura ambiente.










Fuente:http://www.saborencristal.com/2015/11/lemon-pull-apart-bread.html

CURRY DE VERDURAS

Hoy os traigo una tentación de verduras, delicioso, lleno de sabor y muy sano.



INGREDIENTES
  • 1 patata
  • 1/2 de coliflor
  • 1/2 de brócoli
  • 1 zanahoria grande
  • 100 gr de guisantes
  • 1 pimiento verde
  • 1 cebolla pequeña
  • 1/2 cebolla picada pequeña
  • 1 tomate mediano picado
  • 1/2 cdita de comino molido
  • 1/2 cdita de coriandro molido
  • 1/2 cdita de garam masala en polvo
  • 2 pizcas de cúrcuma
  • 1/2 cdita de chile molido (opcional)
  • 3 cdas de aceite de oliva
  • 1 taza de agua caliente
  • 200 ml de leche de coco
  • Cilantro

PREPARACIÓN
  1. Pelar la patata y la cebolla y córtalas en cubos pequeños. Quitamos las florecillas de la coliflor y del brócoli.
  2. Lavar la zanahoria y cortar en trozos como la medida de las patatas. Quitamos el cabo del pimiento, quitamos las semillas y cortamos en trozos de igual tamaño que las otras verduras.
  3. Calentamos el aceite de oliva en una sartén y rehogamos la cebolla picada de la salsa hasta que se vuelva transparente, añadimos el tomate y las especies y dejamos cocer unos 5 minutos.
  4. Agregamos las verduras troceadas y dejamos cocer 2 minutos.
  5. Incorporamos la taza de agua caliente mas la leche de coco, condimentamos con sal y dejamos cocer hasta que las verduras estén tiernas, unos 6 minutos más o menos a partir del hervor.
  6. Retirar y servir con un poco de cilantro fresco picado.

LA TORRIJA PERFECTA

El chef Jesús Puebla, repostero del Hotel InterContinental de Madrid, lleva 44 años haciéndolas. Aunque ha experimentado con diversas variedades (como las torrijas de vino blanco o unas que elabora con pasta filo y helado), todos los años, desde que empezara a trabajar en la madrileña pastelería González, en Semana Santa tira de tradición, elaborando las torrijas “de toda la vida”.


Puebla admite que las torrijas en las pastelerías “están bastante caras”,sobre 12,5 euros el kilo como mínimo. Y esto se debe, asegura, a que “es muy latosa de hacer”. Pero "latoso" no quiere decir "difícil". Dado lo sencillo del proceso, es un dulce que merece la pena elaborar en casa. Estos son los pasos que Puebla recomienda seguir para hacer la torrija perfecta.

1. El pan




El pan, mejor casero.
Puebla explica que la mejor torrija es la que se realiza con pan casero. En el hotel elaboran pan para torrijas todas las semanas: tiene menos poros y admite más leche. “El pan que normalmente te venden para realizar torrijas”, asegura el chef, “es parecido a una baguette. Nuestro pan es más concentrado, la miga es más densa y tiene menos alveolos”.



El chef recomienda usar un pan que sea del día anterior, pero si no es suficientemente compacto, advierte, no va a retener bien la leche
Así que, para elaborar la torrija perfecta, apunta Puebla, lo primero es conseguir un pan en condiciones. Puedes atreverte a hacerlo en casa, ya que no es muy complicado , y hay pastelerías que realizan buen pan para torrijas. Si no puedes hacer ninguna de las dos cosas, el chef recomienda usar un pan que sea del día anterior, pero si no es suficientemente compacto, advierte, no va a retener bien la leche.



2. La leche




Es importante empapar bien el pan con la leche.
Esto es muy sencillo. Pon un litro de leche entera, una rama de canela y 100 gramos de azúcar en un cazo. Caliéntalo y, antes de que hierva, apaga el fuego.Empapa bien las torrijas en la leche y déjalas reposar en una bandeja. Es importante que dejes “descansar” las torrijas durante unos 5 o 10 minutos para que 

3. El rebozado y la fritura




Para freír las torrijas el aceite debe tener una temperatura de unos 170 grados.
Para freír las torrijas el aceite debe tener una temperatura de unos 170 grados.
“Una vez que el pan ha chupado bien la leche y veas que las torrijas están jugosas –explica Puebla– las pasas por huevo batido, tranquilamente, de un lado y del otro, y comienzas a freírlas”.
Si vas a hacer bastantes torrijas no debes olvidar colar el aceite cada cierto tiempo para evitar que se adhiera la rebaba requemada del huevo
La mayoría de panaderías, pastelerías y bares, asegura Puebla, fríen las torrijas en aceite de girasol y, aunque también se puede utilizar el de oliva, no hay nada de malo en emplearlo. El aceite debe calentarse a unos 170 grados. Para saber si ha alcanzado la temperatura adecuada, el chef recomienda echar en el aceite una peladura de naranja. Cuando chisporrotee podemos empezar a introducir las torrijas, manteniendo el fuego a media potencia y dando la vuelta a estas para que se frían por las dos partes. “Si tienes una placa de inducción o vitrocerámica, lo mejor es calentar el aceite al nueve y, cuando el aceite esté caliente, bajarla sobre el seis o el siete”, puntualiza. Bastan dos minutos para freír cada torrija, pero es importante echarlas como mucho de dos en dos, para que el aceite no se enfríe.
También se pueden cocinar en la freidora, donde controlaremos mejor la temperatura, pero es importante que el aceite sea nuevo, máxime teniendo en cuenta que lo más probable es que lo hayamos usado para freír alimentos salados.  
Durante la fritura es importante estar atentos a que las torrijas no se quemen. Si vas a hacer bastantes, no debes olvidar colar el aceite cada cierto tiempo (Puebla lo hace cada 15 torrijas aproximadamente) para quitar la rebaba del huevo. Así evitarás que las torrijas se llenen de los puntitos negros, tan habituales como poco agradables.

4. El sirope




La miel acompaña muy bien a las torrijas.
Las torrijas se pueden servir tal cual, pero lo habitual es añadir algo de dulzor, en forma de sirope. Lo ideal es que este, en cualquier caso, no sea demasiado empalagoso. Si se quiere añadir miel es preferible cocerla con un poco de agua, creando un agua miel más suave. Otro sirope que se suele realizar para las torrijas es un jarabe de azúcar y agua, al 50%. Basta hervir la mezcla hasta que se reduzca el agua y, al finalizar, añadir una ramita de canela o unas peladuras de naranja, que aportan un agradable aroma.
Puebla utiliza ambos siropes: “Primero les echo la miel y luego les pongo un poquitín de jarabe”.

5. La presentación




He aquí la torrija perfecta.
“Como mejor está la torrija es en el día”, explica Puebla. “En el momento en que la metes en la nevera coge frío y se queda un poco tiesa”. Lo ideal es servir la torrija a temperatura ambiente. “Nosotros en el hotel hacemos 15 o 20 por la mañana, para servirlas como postre en la comida –explica el chef– y para la cena hacemos otra tanda. Un cliente no puede recibir una torrija que esté seca”



FUENTE:el confidencial